¿Cómo llamas la atención de un cliente potencial, cuando no conoce tu producto? Tienes que darle una buena impresión, a partir del empaque.
Las mejores presentaciones atraen clientes, demuestran interés por el consumidor. Así se animan a conocer su contenido, y si el empaque tiene lo que necesitan – un producto atractivo, de calidad, confiable –, lo van a comprar.
Para lograr esa impresión, el desarrollo del empaque tiene que formar parte de tu estrategia de venta: el componente funcional que difunde la marca del negocio; de esta forma, la creatividad y el diseño del empaque se traducirá en rentabilidad.
El principio rector de un buen packaging es su misión: ¿qué quiere lograr? Lo ideal es que almacene, proteja y promocione al producto, a un costo accesible y atendiendo las exigencias del consumidor.
Este último elemento es cada vez más importante, pues el mercado busca empaques que sean amigables con el medio ambiente, baratos, veraces – que su información no exagere las cualidades del producto – y que no tengan efectos nocivos para la salud (como las latas en aerosol).
Por otro lado, el material, estilo y diseño dependerán del tipo de producto que se almacenará en el empaque. Tomemos el cartón como ejemplo, que debería considerar 2 características:
- Resistencia a la compresión vertical, que pueden ser de 50, 540, 620, 720, 790, y 930 kg por metro lineal.
- Espesor de los cartones corrugados, que pueden ser C=4mm B=3mm E=2mm.
Sobre alimentos
Los empaques de comida deben cumplir con muchas más condiciones, pues necesitan ser ideales para preservar los alimentos durante su transporte/distribución, al mismo tiempo que los protege de accidentes.
Para empezar, el empaque tiene que aislar el alimento, contaminación ambiental y la propia manipulación del consumidor (en un supermercado, por ejemplo). En el peor de los casos, un descuido en esta parte puede arruinar hasta 80% de los alimentos.
Hay dos clases de empaques que se pueden usar para guardar y proteger alimentos:
- Pasivos. Son una barrera sencilla contra el ambiente. No es un aislante sofisticado, por lo que se tienen que elegir muy bien los alimentos por almacenar, con base en las propiedades del empaque, su manipulación y los riesgos que puede representar ante ciertos productos.
- Activos. Están diseñados para conservar y prolongar la vida de los alimentos; la idea es conservar la calidad, desde la salida del almacén hasta el punto de venta, con frescura e higiene.
La gran distinción de un buen packaging está en la comunicación: si el consumidor entiende lo que le ofreces, a primera vista, lo engancharás al instante. Nosotros podemos ayudarte con esto y mucho más.
Nuestros servicios se enfocan en el uso inteligente de tecnología, altos niveles de flexibilidad y servicio en instalaciones de calidad. Contáctanos y te asesoraremos para encontrar las mejores soluciones de logística para tu empresa.
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