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Medio Ambiente

Con cartón ‘disfrazan’ de sostenibles empaques ‘peores’ que el plástico

Para 2030, las empresas en Colombia deberán reciclar el 30 % de los empaques que pongan en el mercado.

Para 2030, las empresas en Colombia deberán reciclar el 30 % de los empaques que pongan en el mercado.

Foto:iStock

Los consumidores, por un tema de marketing, creen que el papel es siempre la opción más sostenible.

Si hay una tendencia que mueve hoy por igual a todos los mercados es la sostenibilidad. Más allá de la responsabilidad social y empresarial y de las normas que aparecen cada vez más, buscando que las compañías ofrezcan productos y servicios de forma responsable con el medioambiente, es cada vez más difícil vender algo que no tenga una etiqueta ‘verde’.
Ese dato lo confirma un informe publicado por Dentsu, una de las cinco más grandes agencias de publicidad del mundo, que en el 2021 explicó cuáles serían las tendencias para esta década.
En el documento, la compañía señala que pasada la relevancia que ha tenido el covid-19 en la agenda global, las personas empezarán a concentrarse en la sostenibilidad como un factor esencial en todo: en la forma de comer, de transportarse, de entretenerse y, en general, de vivir.

El cartón está siendo mal gestionado; estamos obteniendo un envase al que realmente no se le da una segunda vida. Pero la percepción de que se degrada hace que se lo vea como más sostenible

Dentsu advierte en su informe que los consumidores serán más exigentes frente al llamado greenwashing y castigarán esta práctica. El término hace referencia al lavado de imagen que hacen algunas compañías al presentar productos que posan de responsables con el planeta, pero que en realidad no lo son. Entre los productos que más comúnmente son señalados de hacer greenwashing están los empaques.
De acuerdo con la doctora en ingeniería Laura Flórez, asesora del Laboratorio de Empaques Circulares C-Pack, lo que está pasando hoy con los empaques es que las compañías están buscando entregarles a los clientes lo que estos consideran sostenible, y dado que la imagen del plástico es cada vez más negativa, están escogiendo otras soluciones para empacar sus productos. Vale decir que en la mayoría de los casos esas soluciones pasan por el cartón.
Según la experta, “lo que pasa es que el empaque de cartón no lo ves en la naturaleza como ves el plástico. Como el plástico flota, dado que es menos denso que el agua, se hace más visible en todos los cuerpos de agua. Sin embargo, hay otro tipo de empaques, como las latas de aluminio, que son tan poco degradables como el plástico, pero no flotan. Por eso no se observan en la superficie de los mares. La celulosa se deshace en el agua. Entonces eso te lleva a pensar que es algo menos contaminante que el plástico, pero lo que pasa es que en grandes concentraciones también puede afectar los cuerpos de agua”.
También sucede que no suele tenerse en cuenta la huella ambiental que deja la producción industrial de empaques a partir de celulosa (como el cartón), que proviene, en la mayoría de los casos, de árboles.
“Si tú no cuidas que esos árboles sean normalmente reforestados, pues estás teniendo realmente una deforestación. Otro factor que es importante entender con relación al cartón es que la huella hídrica: es decir, la cantidad de agua que se necesita para procesarlo, en general es muy superior a la que se requiere para procesar plástico, lo que no quiere decir que este sea una solución. Claramente, el cartón está siendo mal gestionado; estamos obteniendo un envase al que realmente no se le da una segunda vida. Pero la percepción de que este material se degrada y se descompone hace que la gente lo perciba como más sostenible”, destaca Flórez, que cuenta con un doctorado en procesamiento de polímeros de la universidad RWTH de Alemania.
Hoy, en C-Pack, junto con un grupo multidisciplinario de expertos, Flórez trabaja en el desarrollo de empaques sostenibles dependiendo del caso específico de cada empresa; explica que el problema del greenwashing es, sin embargo, solo una de las aristas.
Experta en empaques y asesora del Laboratorio de Empaques Circulares C-Pack.

Laura Florez

Experta en empaques y asesora del Laboratorio de Empaques Circulares C-Pack.

Como el consumidor ha empezado a considerar que el plástico es malo, las empresas han decidido ofrecerle cartón. Pero debido a que el cartón (o los envases fabricados con base en él) y el papel no cumplen en la mayoría de casos con los requerimientos de inocuidad para productos como alimentos, bebidas, cremas faciales y aceites, se opta por agregarles a esos empaques otros elementoscomo plásticos y aluminio: los usan para proteger el producto y darle una vida más larga.
El problema es que estas técnicas hacen que estos materiales sean inaprovechables, que no puedan reutilizarse, como sí ocurre con las botellas plásticas de PET, de vidrio o aluminio. De hecho, para ser reciclados se requiere, en buena parte de los casos, máquinas que consumen bastante energía; también se opta por utilizarlos como combustible (se queman para generar energía en la industria).

Lo políticamente correcto

“Las empresas quieren hacer lo mejor o bien quieren hacer lo que les permita vender más. A veces las dos cosas; eso depende mucho de su ética empresarial. Pero al final las compañías buscan hacer lo que sus clientes, el público general, percibe como lo correcto. Por eso lo importante es que las personas sepan qué no deben escoger. El consumidor es el que al final elige lo que es sostenible y lo que no”, destaca Flórez, quien añade que allí empieza otro gran reto: involucrar al consumidor en la responsabilidad de escoger productos que vengan empacados con opciones que realmente respeten el planeta y de reciclarlos después, una actividad que hoy se hace de forma poco eficiente.
En Colombia rige desde el 2020 la resolución 1407, reglamentada por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, según la cual cada año las empresas deben recolectar el 10 por ciento de los empaques y envases que dispongan en el mercado nacional.
El objetivo es aumentar la cantidad de residuos que se reciclan, pues, según datos del Departamento Nacional de Planeación (DNP), en el país se generaron 12 millones de residuos sólidos en el 2019 y solo se recicló el 16,5 por ciento de todo eso.

Hay gente que quiere hacer las cosas bien, que incluso está dispuesta a pagar más por envases ambientalmente correctos, pero compra su envase y lo bota en la misma basura que va al relleno sanitario

La normativa, que buscará ir aumentando el porcentaje de empaques recogidos hasta llegar al 30 por ciento al cierre del 2030, deja por fuera temas que Flórez considera esenciales, como hacer del reciclaje un negocio viable.
Hoy se recicla poco porque es más barato hacer, por ejemplo, una botella nueva que una a partir de material reciclado. El panorama es aún peor cuando se revisa el reciclaje según los materiales, destaca Flórez, porque al final lo que quiere un reciclador es ganar dinero de un producto; mientras un kilo de plástico PET es pagado por empresas transformadoras a 1.500 pesos, un kilo de poliestireno vale apenas 200, lo que hace que este segundo sea ignorado por ellos.
Algo similar se ve en el caso de las compañías de aseo y limpieza, que ganan dinero por tonelada de material dispuesto en el relleno sanitario, sin importar si este material es reciclable o reutilizable.

Fortalecer el reciclaje

“Hay gente que quiere hacer las cosas bien, que incluso está dispuesta a pagar más por envases que sean ambientalmente correctos, pero compra su envase y lo bota en la misma basura que va al relleno sanitario. Entonces, sin esa opción de depositar los envases para que sean aprovechados, sin la logística que le permite al reciclador pensar ‘este envase me lo va a comprar tal empresa’, sin la logística que les permite a los que compran los envases saber de qué material están fabricados, pues finalmente no se va a lograr nada. La solución de reemplazar por cartón va a hacer que en lugar de que tengamos más plástico en el relleno sanitario, tengamos más cartón”, puntualiza la experta.
De acuerdo con Flórez, cuando se piensa un empaque, lo que se debe buscar es que este tenga distintos aspectos de ecodiseño que incluyen el material, la posibilidad de reciclarlo, la facilidad de disponerlo y también que este sea atractivo, porque al final el empaque es una vitrina comercial a través de la cual se vende un producto, pero hoy lo que ocurre es que las compañías privilegian el factor comercial por sobre lo demás, causando así que un empaque que podría reciclarse con facilidad termine siendo difícilmente reciclable.

El empaque ideal

El sector de empaques en Colombia crece rápidamente. Según datos de ProColombia, solo entre el 2017 y el 2019, las exportaciones colombianas de envases y empaques han tenido un crecimiento promedio anual cercano al 7 por ciento. Solo en el 2019, el sector hizo exportaciones por cerca de 260 millones de dólares a más de 56 países, principalmente a Estados Unidos, 25 por ciento; Ecuador, 13 por ciento; Perú, 9 por ciento, y México, 8 por ciento. Por eso, y entendiendo que es un sector con altas posibilidades comerciales, se hace indispensable que sea cada vez más sostenible.
Según Juliana Montoya, ingeniera y editora de la revista El Empaque, no existe un material ideal para la sostenibilidad dentro de los empaques, sino que cada producto debe responder a un conjunto de factores y a partir de ahí debe diseñarse el que mejor funcione y que al tiempo sea responsable con el ambiente. Sin embargo, hay cosas que se deben tener obligatoriamente en cuenta: en el ecodiseño, por ejemplo, un deber ser es que los empaques sean de un solo material.
Si van a ser de cartón, que sean solo de cartón; si van a ser de plástico, que sean solo de plástico, y que no agreguen aditivos dentro del plástico, como pasa con algunas marcas que buscan hacer más atractivos sus empaques agregando aditivos de color, haciendo que luego ese plástico no pueda ser reciclado en bot. Algo similar pasa con el uso de tintas: mientras menos tintas de impresión, y más fácil de quitar sea la etiqueta de un empaque, más fácilmente será reciclado y más posibilidades tiene de ser reutilizado.
Al respecto, explica Flórez, hoy lo que se debería es tener una buena gestión de los empaques desde que se producen hasta que se disponen, para que sean realmente sostenibles. En ese sentido no solo los productores tienen que crear envases amigables con el planeta, que al tiempo respondan a sus necesidades, sino también los consumidores deben saber cómo disponerlos y los gobiernos deben crear mercados en los que el reciclaje sea viable como negocio para los recicladores.
 EDWIN CAICEDO | REDACTOR MEDIOAMBIENTE

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